Sí, has leído bien. Esto no va solo de plantas ni de agricultura urbana. Va de cómo pasar de construir granjas virtuales en mundos medievales a llenar la cocina de tuberías y cajones de plástico llenos de agua. De cómo la rebeldía contra los precios del supermercado puede acabar en un experimento casero de hidroponía con sabor a cilantro fresco y a orgullo personal.
🎮 Del vicio digital a la pasión real
Siempre me han fascinado los videojuegos de tipo sandbox, esos donde te sueltan en un mundo abierto y tú decides si quieres construir una fortaleza o simplemente pescar al lado del río. En especial los de supervivencia y gestión de recursos. En uno de ellos, llegué a dedicarle más de 1.000 horas en tan solo seis meses (sí, es real, no lo intentes en casa).
Ese juego medieval donde talaba, sembraba y construía fue la semilla de un sueño que se quedó dormido… hasta que volvió a germinar.
🎥 Por cierto, aún quedan reliquias de esa época en mi canal de YouTube:
👉 @chachosiberiano
🌱 Despertar del agricultor digital
Todo resurgió con una simple indignación: los precios de los vegetales en invierno. ¿Cómo puede costar tanto un tomate insípido? Fue entonces cuando recordé esos vídeos que había visto sobre agricultura sostenible, autosuficiencia y… hidroponía.
Producción más rápida, en menos espacio, con menos agua y sin tierra. Sonaba a magia. Sonaba a ese tipo de cosas que te atrapan el alma friki.
🧪 Mi laboratorio casero de hidroponía
No tenía ni idea por dónde empezar. Compré materiales para un sistema de riego con tubería de PVC… y pronto me di cuenta de que me faltaba medio universo:
- Solución nutritiva
- Medidores de pH y conductividad
- Vasitos de siembra
- Mangueras
- Y mucho ingenio
Pero me las apañé. Reciclaje creativo a tope: un cajón de plástico rescatado de la basura se convirtió en mi “piscina hidro” cubierta con una plancha de poliuretano perforada. 100% DIY. 100% satisfacción personal.
🌿 Mis primeras víctimas (y victorias)
Empecé por lo clásico: lechugas y aromáticas. Las semillas de lechuga no sobrevivieron, pero el cilantro me está creciendo de maravilla. Y eso que nunca se me había dado bien. Verlo brotar ha sido una alegría absurda y maravillosa.

🚿 Errores, inundaciones y muchas risas
Ya he tenido más de 20 errores en menos de un mes. Uno de ellos acabó con mi cocina convertida en un mini lago. Pero en lugar de frustrarme, me río y aprendo. Porque cuando haces algo con pasión, hasta los fallos se disfrutan.
📹 Y sí, todo esto también lo voy mostrando en mi canal:
👉 @chachosiberiano
💬 Reflexión final
Estoy empezando. Estoy verde. Muy verde. Pero no pasa nada. Porque lo importante no es saberlo todo, sino disfrutar del proceso de aprendizaje. Y eso es lo que estoy haciendo. En próximos artículos contaré cómo monté mi sistema paso a paso, qué comprar, cómo improvisar, y cómo no convertir tu cocina en una pecera.
🌿 ¿Te animas a cultivar tu propio cilantro en casa?
Comparte este artículo si alguna vez has querido salir del bucle trabajo-supermercado y experimentar un poco de libertad verde. ¡Es más fácil (y divertido) de lo que crees!
Leave a Reply