Ayer, por primera vez, fallé al escribir este blog.

Me fue imposible, y es que el martes, a hora y media de empezar mi turno de repartidor, me dio un dolor de espalda muy fuerte. Al agacharme por una bolsa me dio un tirón en la espalda. Tan fuerte que no podía respirar. Pasé 5 minutos de pie esperando a que se relajase la tensión en la espalda para poder sentarme en el suelo. Al rato fui a la farmacia, compré lo que me recetaron y continué trabajando.

Mi turno era hasta las 7 de la tarde, pero mi espalda a las 2 de la tarde me dijo: “mejor descansa”. Y eso hice.

El martes no trabajé más, ni si quiera la clase de español. La cual moví a otro día.

El miércoles también di mi turno de tarde y solo impartí mis clases de español. Estar sentado era molesto. (Y lo es mientras escribo esto)

Es por esto que el miércoles no hice este blog. Realmente me sentía mejor, pero quise desconectar y simplemente descansar el cuerpo. Ahora se acerca el invierno y serán días duros. Así que debo estar en plena forma.

Y fallar es parte del proceso. Es IM-PO-SI-BLE no fallar alguna vez. Y como decía en el fútbol a mis jugadores: Se aprende más de las derrotas que de las victorias.

Lo importante de la derrota, es aprender de esta e intentar no repetir los errores que te llevaron a ella. Es una dicotomía. O ganas, o pierdes. Los empates, rara vez se dan.

Es por esto que creo que he evolucionado tanto este año. Porque después de casi 3 años de derrotas, he podido levantarme y salir adelante. Ser más fuerte y cometer menos errores.

Buscar el lado positivo es importante, porque así, podrás, tarde o temprano, GANAR.

Lo dejamos hasta mañana, que hoy toca trabajar

Un saludo desde Siberia.