Disciplina es hacer aquello que no quieres hacer, o no tienes ganas de hacer, pero sabes que haciéndolo hay mayores oportunidades de que se cumplan tus objetivos.

O al menos es lo que siempre he escuchado o leído. Y por una vez, quiero ser lo más disciplinado posible.

En el momento de escribir esto, son las 9:30am donde vivo y estoy absolutamente reventado.

Ayer hice la jornada más larga de mi vida: 16 horas de repartidor + 1 hora de trabajo de redes y este blog.

Al sonar el despertador, he pensado: Podría dormir 1 hora más y saltarme el blog de hoy, actualmente no me lee casi nadie y estoy cansadísimo.

Al instante, me ha venido a la cabeza “se disciplinado, quien algo quiere algo le cuesta”. (leer con voz de fantasma de película de Disney)

Y aquí estoy escribiendo una vez más.

Lo cierto es que a lo largo de mi vida he sido una persona de lo más indisciplinada exceptuando cuando entrenaba algún deporte de joven. No faltaba a ningún entrenamiento, lo daba todo, incluso hasta el cansancio más absoluto y me levantaba como un toro cada día para seguir. No así con los estudios, donde fui un absoluto desastre. No por falta de inteligencia, sino por falta de disciplina. Estudié dos o tres veces en mi vida, el resto de las veces iba a los exámenes después solo con lo que escuchaba de clase y habiendo estado jugando a la Play toda la tarde anterior.

Y eso que tengo como padre a la persona más disciplinada del mundo: Mi padre

Pero siempre fui una persona de carácter dificilillo y difícil de manejar supongo.

Y ¿Cómo he conseguido ser disciplinado?

Tengo un secreto: no lo soy, y no se como conseguir serlo.

Actualmente estoy en transición, y tal vez la motivación de querer ser padre me ha cambiado el chip y me ha dicho “Hey, o eres responsable y disciplinado, o serás un padre de mierda”

En fin, voy cerrando el capítulo de hoy, que hay muchas cosas que hacer, y hoy tengo más trabajo de repartidor (9 horas)

Un saludo desde Siberia

Hasta mañana